sábado, 8 de septiembre de 2012

Septiembritis.

Pisar hojas secas es el antónimo de ver brotes en las ramas.
Coger sudadera para las noches me da la sensación opuesta que el primer día que monto en tirantes.
Meterme en casa vs. arrancar la furgo tras amanecer frente al mar.
Encender las luces de casa a las 7 de la tarde es lo contrario a que me den las cinco de la mañana en el parque.
Recordar que vivo en una puta cueva contra salir a la terraza.
Planificar el curso o dejarte llevar por el verano...

Abandono los viernes perennes para entrar en un lunes eterno.


Me refugio en la superheroína del S.XXI (Hard Candy) que me recuerda por alguna extraña razón que tengo que salvarme a mí misma (en este caso, de la inflamación y el dolor que me provoca, una vez más, sentir que no tengo oficio ni beneficio). Me recuerda que septiembre también me trae agujetas, de bailar y bailar sin parar. Me trae reencuentros con mis amigas y hermanas tras un verano trepidante. Septiembre viene cargado de proyectos y pretextos para pasarse el día en casa, disfrutando de buena música, buenas pelis y buena compañía.

PD; ver Hard Candy con un hombre provoca un sadomasoquista placer mental, que no había experimentado jamás... mientras él se retuerce de dolor y yo gozo y me empodero en esa impecable escena a mitad de la peli... NO SE LA PIERDAN!


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